Los protagonistas de estos relatos son niños de barrio que transforman lo cotidiano con su fértil imaginación. Divertidos, ingeniosos, cercanos –a pesar del tiempo transcurrido–, siempre ganan en ellos los impulsos nobles, la defensa de la amistad, la solidaridad, la compasión ante el débil y el marginado… Con calidez, Rodari pone de manifiesto hasta qué punto conocía a los niños y confiaba en su potencial como pilares del futuro. Sus aventuras no sólo divierten, también construyen.Los protagonistas de estos relatos son niños de barrio que transforman lo cotidiano con su fértil imaginación. Divertidos, ingeniosos, cercanos –a pesar del tiempo transcurrido–, siempre ganan en ellos los impulsos nobles, la defensa de la amistad, la solidaridad, la compasión ante el débil y el marginado… Con calidez, Rodari pone de manifiesto hasta qué punto conocía a los niños y confiaba en su potencial como pilares del futuro. Sus aventuras no sólo divierten, también construyen.
Las aventuras de Tonino el invisible
El día siguiente a su cumpleaños, mientras se dirigía al colegio, Tonino De Rosa pensaba con tristeza: «Nadie puede obligar a un pobre chico a resolver problemas y a estudiar cinco páginas de historia precisamente el día en que cumple diez años. Y, de hecho, nadie me ha obligado. Pero, ahora, ¿qué le digo al maestro? De mi cumpleaños no querrá ni oír hablar. Me felicitará y me dirá que le enseñe el problema.»