La voz testimonial de un niño newyorquino hijo de inmigrantes cubanos en la década de los 70, consigue que veamos el mundo desde su perspectiva a lo largo de más de cuatrocientas páginas y empaticemos con su fuerza vital y su capacidad para superar las dificultades. Con un excelente dominio del diálogo y un protagonista muy bien construido, la narración fluye con un ritmo cinematográfico y captura la atención del lector hasta tal punto que apenas toma conciencia de la velocidad con la que va pasando las páginas. Temas como la violencia, las drogas o el alcoholismo son tratados desde la complicidad, sin recurrir a moralismos ni a sensiblerías.
La voz testimonial de un niño newyorquino hijo de inmigrantes cubanos en la década de los 70, consigue que veamos el mundo desde su perspectiva a lo largo de más de cuatrocientas páginas y empaticemos con su fuerza vital y su capacidad para superar las dificultades. Con un excelente dominio del diálogo y un protagonista muy bien construido, la narración fluye con un ritmo cinematográfico y captura la atención del lector hasta tal punto que apenas toma conciencia de la velocidad con la que va pasando las páginas. Temas como... Seguir leyendo
Dark Dude
Mira, incluso si la gente dice que la vida puede ser una mierda, no tienes ni idea hasta que no has limpiado un retrete exterior. Era la cuarta vez en los últimos doce meses que me tocó la faenita, y estaba más que harto, harto como para ponerme a llorar a gritos. Pero lo estaba haciendo por Gilberto, mi viejo socio del barrio, y no solo porque me hubiera arreado un buen golpe si no lo hubiera hecho, sino como forma de agradecerle que me hubiera permitido quedarme en su granja durante tanto tiempo. Sí, exacto, una granja. Así que deja que te cuente cómo este chico de Nueva York dobló una esquina y terminó a casi dos mil kilómetros de casa, en Wisconsin.