Noche de espanto
El circo había abandonado Villamarina al amanecer y en su lugar solo quedaba un gran círculo. Sobre él había estado instalada la pista donde payasos habían rivalizado con malabaristas, y caballos amaestrados con funambulistas.Durante quince días, el Gran Circo de Manchuria había deleitado a grandes y chicos, desde niños casi de pecho a los ancianos más vetustos de la localidad.