Historia de un segundo
EN EL PRECISO INSTANTE EN QUE LA VIO, quedó prendado de ella. Lo más hermoso, lo más singular, fue que la muchacha también le vio a él en ese preciso momento. Y sus ojos fueron un reflejo de los suyos. Era morena, de cabello muy negro, azabache. Lo adornaba con unas cintas de colores que caían sobre sus hombros, perdidas entre sus rizos de modo que su ligero tocado semejaba flotar, navegar en aquel mar armónico.