Una carpeta roja, comprada en el Rastro, con unas hojas escritas en su interior marca el inicio de un proceso de búsqueda en el que el escritor protagonista busca, entre silencios y olvidos, desvelar lo sucedido; restituir la verdad reflejada en su día en un poema; procurarle voz a quien no la tuvo y reflejar en primera persona los misteriosos terrenos de la creación literaria. Todo a partir de la estructura de un viaje. Ricardo Gómez, con maestría, superpone capas de ficción, de marcado carácter emotivo y acentuado tono ideológico. Constituye un buen ejemplo de esa saludable tendencia de la literatura juvenil española en la que se reivindica el carácter combativo de la escritura.
Una carpeta roja, comprada en el Rastro, con unas hojas escritas en su interior marca el inicio de un proceso de búsqueda en el que el escritor protagonista busca, entre silencios y olvidos, desvelar lo sucedido; restituir la verdad reflejada en su día en un poema; procurarle voz a quien no la tuvo y reflejar en primera persona los misteriosos terrenos de la creación literaria. Todo a partir de la estructura de un viaje. Ricardo Gómez, con maestría, superpone capas de ficción, de marcado carácter emotivo y... Seguir leyendo
Mujer mirando al mar
Hace tiempo encontré en el Rastro de Madrid una vieja carpeta roja, de tamaño cuartilla. Me llamó la atención que, entre otros puestos de libros ajados y revistas deslucidas, este ofreciera fotos y postales antiguas, unas en sepia y otras de colores desvaídos. El vendedor clasificaba su mercancía en cajones de madera divididos en casillas, donde postales y fotos se ordenaban siguiendo un extraño criterio: Madrid, España, mundo, puestas de sol, dibujos, animales, adultos... Eran cientos y se vendían baratas. Habría pasado de largo de no haber observado cómo a mi lado un hombre mayor sostenía un montón en sus manos e iba eligiendo algunas, que separaba del resto. Pronto vi que su criterio de elección era singular. No miraba la imagen, sino que comprobaba si estaban escritas o no.