Como todos los veranos, Natanael, su hermana y sus padres visitan la vieja casa rodeada de pinos en la costa de Bretaña. Sólo que en esta ocasión la abuela ya no está. Los nietos echan de menos a quien antes les contaba cuentos. Pero algo muy importante les ha dejado en herencia: a la niña, una muñeca de porcelana; al niño, toda la biblioteca. Y, además, un gran secreto. Los hermanos protagonizarán una gran aventura, acompañados de personajes clásicos de la literatura infantil.
Las ilustraciones de Rebecca Dautremer, caracterizadas por el ambiente irreal conseguido y el virtuosismo y detalle del trazo, ahondan para que la obra sea disfrutada. El resultado, un libro ideado para ser compartido.
Como todos los veranos, Natanael, su hermana y sus padres visitan la vieja casa rodeada de pinos en la costa de Bretaña. Sólo que en esta ocasión la abuela ya no está. Los nietos echan de menos a quien antes les contaba cuentos. Pero algo muy importante les ha dejado en herencia: a la niña, una muñeca de porcelana; al niño, toda la biblioteca. Y, además, un gran secreto. Los hermanos protagonizarán una gran aventura, acompañados de personajes clásicos de la literatura infantil.
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NAT y el secreto de Eleonora
En cuanto empezaban las vacaciones, la familia de Natanael salía de la ciudad en dirección a Kérity, en Bretaña. Allí los esperaba Eleonora, leyendo en su butaca y con el gato en sus rodillas. Al final de la carretera, entre los pinos retorcidos, se divisaba la casa. No se diferenciaba en nada de las demás residencias de la costa y, sin embargo, albergaba un secreto en lo más recóndito de sus entrañas.