Un homenaje al teatro a través de la mirada surrealista de Ende. La protagonista de este libro se llama Ofelia y de la mano ágil del autor, recorre los escenarios de sombras, llenos de misterio y fantasía, donde se representan escenas de comedias y tragedias. Las ilustraciones de Hechelmann son más que un complemento al texto: colores fríos, juegos con la luz, dibujos extraños y misteriosos que aluden a las figuras de Dalí.
Un homenaje al teatro a través de la mirada surrealista de Ende. La protagonista de este libro se llama Ofelia y de la mano ágil del autor, recorre los escenarios de sombras, llenos de misterio y fantasía, donde se representan escenas de comedias y tragedias. Las ilustraciones de Hechelmann son más que un complemento al texto: colores fríos, juegos con la luz, dibujos extraños y misteriosos que aluden a las figuras de Dalí.
El teatro de sombras
En una vieja y diminuta ciudad vivía una diminuta ancianita que se llamaba Ofelia.
Cuando nació -y ya hacía tiempo de aquello-, sus padres dijeron:
- Algún día nuestra niña será una famosa actriz.
Por eso le dieron el nombre de la protagonista de una conocida obra de teatro.
Ofelia heredó de sus padres la admiración por la hermosa lengua de los poetas, pero nada más. No podía convertirse en una famosa actriz. Tenía una voz demasiado fina. Sin embargo, quería servir al arte de alguna manera, aunque fuera de forma muy diversa.