La Resistencia
Seth nunca había visto formarse una tormenta tan deprisa. Parecía que se extendiera hacia él, como una enorme mano oscura dispuesta a atraparlo. Lo invadió de pronto una asfixiante sensación de terror. Los truenos retumbaban en el cielo mientras corría por los estrechos caminos. Las nubes negras se deslizaban sobre el horizonte como manchas de tinta derramada, y una llovizna gélida comenzó a salpicar el pequeño pueblo de Hathern, lo cual aumentó la sensación de frío de esa tarde de octubre.