Las peripecias del gran dios azteca Quetzalcóatl en la creación del mundo o las del Gran Espíritu de los indios del noroeste de América del Norte en la creación del diablo; la creación de la Tierra, del día y de la noche por parte del Dios de los mayas y la extraña cosmogonía de los mitos de los indios pipiles; el origen del fuego en las mitologías de los indios del Chaco argentino, del norte de Brasil, de los navajos o de los sía de Nuevo México, de los hitchiti, los tolowa o los cherokee de Estados Unidos... estos y más mitos, se pueden encontrar en este interesante libro, fruto sin duda de una importante investigación. Bien ordenado, bien organizado. El autor nos introduce en la mitología americana, la del norte, la del centro y la del sur. Así, nos enteramos de las visiones sobre el origen de la humanidad, los animales, el fuego y diversas leyendas que tenían los aztecas, los mayas, los guaimíes, los guaraníes, los incas, los indios norteamericanos, los indios brasileños o colombianos, los iroqués o los quechuas. Un exhaustivo apéndice con fuentes y con la bibliografía empleada completan la obra.
Las peripecias del gran dios azteca Quetzalcóatl en la creación del mundo o las del Gran Espíritu de los indios del noroeste de América del Norte en la creación del diablo; la creación de la Tierra, del día y de la noche por parte del Dios de los mayas y la extraña cosmogonía de los mitos de los indios pipiles; el origen del fuego en las mitologías de los indios del Chaco argentino, del norte de Brasil, de los navajos o de los sía de Nuevo México, de los hitchiti, los tolowa o los cherokee de Estados... Seguir leyendo
Mitología Americana. Mitos y leyendas del Nuevo Mundo

Nuestros padres y abuelos nos dicen que él nos creó y formó, él cuyas criaturas somos nosotros y nuestro príncipe Quetzalcóatl. También creó el cielo, el Sol y la deidad de la Tierra.... Quetzalcóatl tuvo por mujer a Tonacacíhuatl o por otro nombre Xochiquetzal –señor y señora de nuestra carne–, los cuales se criaron y estuvieron en el decimotercer cielo, de cuyo principio no se supo jamás... Este dios y diosa engendraron cuatro hijos: al mayor lo llamaron Tezcatlipoca rojo y los de Uexotzinco y Tlaxcala, los cuales tenían a éste por su dios principal, que le llamaban Camaxtli; éste nació colorado. Tuvieron el segundo hijo, al cual llamaron Tezcatlipoca negro.