Este libro sin palabras recuerda tanto a esos antiguos rollos ilustrados japoneses (emaki) como a esos juguetes ópticos previos al cine que en Occidente abrieron nuevos espacios de entretenimiento e investigación científica. La secuencia narrativa funciona como una cinta continua que nos da la impresión de viajar por Compostela sin salir de casa. Acompañando al dibujante que sirve de guía, sentimos su viento y recorremos techos, calles, balcones, jardines y cafés en una excursión que deseamos volver a hacer una y otra vez.
Este libro sin palabras recuerda tanto a esos antiguos rollos ilustrados japoneses (emaki) como a esos juguetes ópticos previos al cine que en Occidente abrieron nuevos espacios de entretenimiento e investigación científica. La secuencia narrativa funciona como una cinta continua que nos da la impresión de viajar por Compostela sin salir de casa. Acompañando al dibujante que sirve de guía, sentimos su viento y recorremos techos, calles, balcones, jardines y cafés en una excursión que deseamos volver a hacer una y otra vez.
Compostela
Libro sin texto, tan solo introducción: Antes de seguir pasando páginas, permítame que le haga una serie de recomendaciones para disfrutar plenamente de este libro. Tómese su tiempo, busque ese momento en el que no tenga nada que hacer ni nada de lo que estar pendiente. Salga de casa y vaya a esa cafetería acogedora que tanto le gusta. Pida un café bien caliente y, mientras se lo sirven, mire por la ventana el hermoso paisaje que se le muestra. Hace frío fuera, pero dentro la temperatura es muy agradable.