La laguna luminosa
En la calma de una agradable noche de verano, bajo una luna llena que parecía una moneda de luz flotando en el espacio, un sapo y una rana conversaban junto a la laguna donde vivían.
–¿Has visto cuántas y cuántas estrellas? –dijo el sapo, después de haber estado un buen rato mirándolas–. Es imposible contarlas. No sé cómo puede haber tantas.
–Son ascuas de luz que nunca se apagan –dijo la rana.
–¿Y si soplásemos? –bromeó el sapo.
–Aunque apagáramos alguna –dijo ella siguiendo la broma–, no iba a notarse.