Amigos de muerte
Aquella mañana iba de culo. Llevaba más de media hora de retraso. La noche pasada me había quedado hasta las tantas escuchando los discos de Sonic Youth, The Cure, Killing Joke..., o sea
noise, pospunk, sowcore...
La criada filipina empezó a gritar apenas asomé la cabeza a la cocina para el desayuno.
-¡Sete! ¡Seteeee...!
¿Por qué pegas esos gritos? Vas a despertar a toda la casa... ¿Por qué llamas a Sete? Yo no me llamo Sete, me llamo Pele.
-¡Mire, mire...!
La Felipa, muy nerviosa, señalaba con la mano la pantalla del televisor colgado del techo, cercano a la campana extractora. Daban las primeras noticias de la mañana.