Everlost
Un día como otro cualquiera, en una curva muy cerrada de una carretera que transitaba por encima de un bosque seco, un Toyota blanco chocó contra un Mercedes negro, y por un instante ambos se fundieron en un borrón gris. En el asiento de delante del Toyota iba sentada Alexandra, Allie para sus amigos. Iba discutiendo con su padre sobre el volumen al que debían oír la música. Se acababa de desabrochar el cinturón para ajustarse la camisa.