La ciencia ficción, género al que pertenece esta novela, siempre ha sido un género que ha seducido a los adolescentes desde los textos clásicos de Ray Bradbury, Philip Dick o el gran Julio Verne hasta las novelas de Shusterman o Marie Lu. La autora neerlandesa Tonke Dragt combina con buen tino la aventura y la protección de la naturaleza. Edu, el protagonista, desea fervientemente ver y transitar los grandes bosques del planeta Venus, ya que en la Tierra se han extinguido. Allí deberá enfrentarse con el miedo y las prohibiciones impuestas por el Comandante, los habitantes y los robots de la llamada Cúpula, si lo que desea es aprender a conocer los bosques o, lo que es lo mismo, aprender a conocerse a sí mismo.
La ciencia ficción, género al que pertenece esta novela, siempre ha sido un género que ha seducido a los adolescentes desde los textos clásicos de Ray Bradbury, Philip Dick o el gran Julio Verne hasta las novelas de Shusterman o Marie Lu. La autora neerlandesa Tonke Dragt combina con buen tino la aventura y la protección de la naturaleza. Edu, el protagonista, desea fervientemente ver y transitar los grandes bosques del planeta Venus, ya que en la Tierra se han extinguido. Allí deberá enfrentarse con el miedo... Seguir leyendo
Alto como una torre, ancho como el mar
–Nave Estrella de la Mañana llamando al Cuartel General de Venus, Nave Estrella de la Mañana llamando al Cuartel General de Venus.
Edu se encontraba en la pequeña lanzadera espacial, sujeto por unos cinturones al asiento en el que encajaba a la perfección. Delante de él relucían esferas, parpadeaban pequeñas luces de color verde pálido, única luz en la oscuridad. A su lado estaba Mick, en un asiento igual, callado como él, escuchando la fría y conocida voz cercana:
–Nave espacial Estrella de la Mañana llamando al Cuartel General de Venus. Cambio.
Otra voz mucho más débil, más difícil de entender, dijo:
–Aquí Cuartel General de Venus. Le escuchamos. Cambio.