El vigilante del bosque
Con solo doce años, David King era demasiado joven para morir. Al menos, él así lo pensaba.
Pero cualquiera intentaba decírselo a la gente que le estaba disparando.
El muchacho no tenía ni idea de dónde estaba. Cuando traspasó la puerta, el humo le cegó inmediatamente. Una explosión había lanzado rocas y quién sabe qué más contra su rostro. Sintió que el suelo temblaba y le hizo perder pie. Ahora estaba con las manos y las rodillas apoyadas en un suelo de madera. Cristal y astillas se clavaron en las palmas de sus manos. En algún lugar, alguien estaba disparando todo tipo de armas. Las balas zumbaban sobre su cabeza...