Los habitantes de un curioso pueblo viven siempre cayendo, no caminan sobre el suelo, no tienen pies sino «polas», una especie de bolas al terminar las piernas que les impedirían estar de pie. Pero tanto debajo como encima de este pueblo hay otros dos. Para ir al pueblo de abajo hay que estar muy triste y, para ir al de arriba muy alegre. El estado de ánimo hará que se baje o se suba. Original novela breve de este autor más conocido en el ámbito de la novela adulta. Ha creado una historia llena de metáforas sobre la vida en la que un pueblo y sus habitantes caen hacia abajo. Pero en algún momento van a llegar al suelo y para que la caída no sea brusca deben aminorar la velocidad. El secreto está en ser felices, pero esto se consigue si uno busca la felicidad de los demás, si uno busca la propia felicidad nunca llega a ella. Una historia aparentemente sencilla, con toques de humor, y que habla sobre todo de la generosidad.
Los habitantes de un curioso pueblo viven siempre cayendo, no caminan sobre el suelo, no tienen pies sino «polas», una especie de bolas al terminar las piernas que les impedirían estar de pie. Pero tanto debajo como encima de este pueblo hay otros dos. Para ir al pueblo de abajo hay que estar muy triste y, para ir al de arriba muy alegre. El estado de ánimo hará que se baje o se suba. Original novela breve de este autor más conocido en el ámbito de la novela adulta. Ha creado una historia llena de metáforas sobre la vida en la... Seguir leyendo
Arriba el cielo, abajo el suelo
Visto desde lejos, el pueblo que caía en el vacío parecía una sombra de lluvia, un batiburrillo inmenso de cosas y personas, de casas y árboles de colores muy vivos, de niños y personas mayores cayendo y cayendo. Un remolino tremendo que parecía caótico.
Visto de cerca era más extraño aún, pero también más ordenado. Las casa flotaban mientras caían, y las personas, y el Ayuntamiento, y los perros y las vacas, y las lechugas y los tomates se plantaban en el aire, y no había coches, sino aviones pequeñitos...