Una representación de los personajes en la que los volúmenes y el empleo del color generan una estética propia. Una trama tan sencilla como inesperada. La creación de un ambiente donde la humanización de los insectos queda muy bien resuelta y excita la imaginación infantil. El grillo Celestino vive dándole a la manivela de un destartalado organillo mientras entona canciones populares. A cambio recibe algunas monedas. Va de un sitio a otro deleitando a quienes lo escuchan con su alegre música. Su día a día transcurre sin mayores contratiempos hasta que un día su majestad, la abeja Reina, se encapricha con el delicado organillo de Celestino. Todos esos son los recursos de los que se vale la pluma de Antoon Krings para crear un universo de atractivos bichos que reflejan comportamientos muy humanos.
Una representación de los personajes en la que los volúmenes y el empleo del color generan una estética propia. Una trama tan sencilla como inesperada. La creación de un ambiente donde la humanización de los insectos queda muy bien resuelta y excita la imaginación infantil. El grillo Celestino vive dándole a la manivela de un destartalado organillo mientras entona canciones populares. A cambio recibe algunas monedas. Va de un sitio a otro deleitando a quienes lo escuchan con su alegre música. Su... Seguir leyendo
Celestino Grillo
Después de tantos meses de invierno sin música ni alegrías, Bárbara había olvidado todo su repertorio musical.
-Estaba el señor Don Gato cantando debajo del agua... El corro de la patata no es... -decía suspirando mientras contemplaba con tristeza el jardín, que, ante la llegada del buen tiempo, parecía murmurar despreocupado: «Canta, cigarra, ¡canta!»
La cigarra se aclaró de nuevo la voz, pero de poco sirvió: si no le salía el estribillo, no había nada que hacer.