La recreación de esta leyenda esquimal presenta al lector la íntima relación que existe entre la naturaleza y sus pobladores, sean animales o personas. En ella un pequeño oso separado de su madre termina conviviendo con una familia y adopta la forma de ser humano. Un texto bien escrito, y apoyado por unas deliciosas y bellísimas ilustraciones, sirve para reflexionar sobre la insoslayable necesidad de respetar a todos los habitantes de la Tierra.La recreación de esta leyenda esquimal presenta al lector la íntima relación que existe entre la naturaleza y sus pobladores, sean animales o personas. En ella un pequeño oso separado de su madre termina conviviendo con una familia y adopta la forma de ser humano. Un texto bien escrito, y apoyado por unas deliciosas y bellísimas ilustraciones, sirve para reflexionar sobre la insoslayable necesidad de respetar a todos los habitantes de la Tierra.
El oso blanco
Al principio de todos los tiempos los seres humanos y los animales vivían juntos en la Tierra sin que nada los diferenciara. Los osos, los hombres, los cuervos, los zorros..., todos poseían alma. ¡Incluso la nieve y el hielo la tenían! Una palabra pronunciada al azar o un deseo murmurado era suficiente para transformar el Universo.