Tras la dulzura de una apacible rima infantil, la figura de Wuggly Ump cobra presencia en el inocente mundo de tres niños que entonan esta canción. De este modo, dos planos de realidad se entremezclan y el suspense entra en juego. El avance del monstruo que abandona su cueva coincide con la vuelta del trío a casa. El encuentro no tarda en producirse y nuestras sospechas quedan confirmadas. No exento de humor y hasta de ternura, Gorey es un autor próximo a la narrativa popular que tiende por igual a fascinar y a causar un sano desasosiego.
Tras la dulzura de una apacible rima infantil, la figura de Wuggly Ump cobra presencia en el inocente mundo de tres niños que entonan esta canción. De este modo, dos planos de realidad se entremezclan y el suspense entra en juego. El avance del monstruo que abandona su cueva coincide con la vuelta del trío a casa. El encuentro no tarda en producirse y nuestras sospechas quedan confirmadas. No exento de humor y hasta de ternura, Gorey es un autor próximo a la narrativa popular que tiende por igual a fascinar y a causar un sano... Seguir leyendo
El wuggly ump
Tiroliro, tirolera,
el Wuggly Ump vive fuera.
Come paraguas, tachuelas
y fango con sanguijuelas.
Una cosa hay segura:
su actitud es oscura.
Quizá nieve, quizá llueva,
el Wuggly Ump dejó la cueva.