Mario se entrena cada día para que su canto suene cada vez mejor. Durante el invierno, ansía que vuelva de nuevo la primavera para poder cantar alegre. Entre ensayo y ensayo, entre perfeccionamiento y depuración de su trino, un día escucha una melodía procedente de la flauta de una niña llamada Nana, que lo deja ensimismado. Enseguida, Mario desea aprender esa nueva canción que dice: «Si yo fuera un pajarillo...» Pero no puede dedicarse de lleno a ensayar pues debe cuidar también de sus crías. ¿Llegará a aprenderse la canción? Maravillosa novela ilustrada con delicados dibujos que recrean la vida de un mirlo y su preocupación por ensayar y mejorar los trinos. Escrita en prosa poética, de ágil lectura que invita a volver atrás las páginas para recrear de nuevo lo narrado al ritmo de la melodía de la canción que da título a la obra. Un libro que habla del placer de disfrutar haciendo aquello que más nos gusta y se nos da bien, pero que a la vez no está exento de esfuerzo para mejorar y conseguir el propósito: dedicación y perseverancia para poder lograrlo.
Mario se entrena cada día para que su canto suene cada vez mejor. Durante el invierno, ansía que vuelva de nuevo la primavera para poder cantar alegre. Entre ensayo y ensayo, entre perfeccionamiento y depuración de su trino, un día escucha una melodía procedente de la flauta de una niña llamada Nana, que lo deja ensimismado. Enseguida, Mario desea aprender esa nueva canción que dice: «Si yo fuera un pajarillo...» Pero no puede dedicarse de lleno a ensayar pues debe cuidar también de sus crías.... Seguir leyendo
Si yo fuera un pajarillo
Qué largo se hace siempre el invierno.
Al principio, parece que pasará pronto. Pero entonces las noches se alargan más y más. Hay que ahuecar las plumas para no pasar frío y cada vez cuesta más imaginar que alguna vez hizo calor. E imaginar que algún día volverá a hacerlo, cuesta todavía más. Incluso cuando los días se alargan. Porque entonces hace todavía más frío.
En el verano se puede picotear la tierra y sacar alguna que otra lombriz. Pero en invierno la tierra está dura como una piedra...