Meter la pata no solo es patrimonio de los mortales. El hada Marcela es un buen ejemplo de ello. Aunque su buena voluntad y el empeño de ayudar a los demás pueden cambiar las cosas, como puede apreciarse en esta divertida historia. Humor y diálogos desternillantes, junto a un texto ágil, son los condimentos mágicos de este libro.
Meter la pata no solo es patrimonio de los mortales. El hada Marcela es un buen ejemplo de ello. Aunque su buena voluntad y el empeño de ayudar a los demás pueden cambiar las cosas, como puede apreciarse en esta divertida historia. Humor y diálogos desternillantes, junto a un texto ágil, son los condimentos mágicos de este libro.
Las aventuras del hada Marcela
Aquella tarde, sobre una nube roja de crepúsculo, las hadas Anastasia y Apolonia mantenían una acalorada charla: -Estoy hasta la punta del gorro de las meteduras de pata del hada Marcela –protestaba Anastasia. – Sí, sí, es verdad –la apoyaba Apolonia-. Tienes razón, últimamente no deja títere con cabeza.