El gran poder del Chninkel
Hasta donde alcanzaba la memoria de los antepasados, Daar había sido siempre un mundo en guerra.
Una guerra cuyo origen nadie recordaba: una guerra sin tregua ni piedad, sin cuartel ni vencedores, que no cesaban de librar entre ellos los tres inmortales.
En cada convergencia de los soles, cuando las sombras se unen, el fragor de sus ejércitos en marcha se elevaba a los tres puntos cardinales.