Piratas de tierra
Llevábamos siete días navegando en medio de la tormenta. Cortábamos las enormes olas impulsados por un viento ululante. Viajábamos con rumbo a Inglaterra, bajo gavias y foques, en un bergantín llamado
Isla del Cielo. Hacía agua por cada junta, por cada escotilla, por cada ojo de buey. Pero seguía avanzando milla a milla, envuelto en un sudario de espuma.
Yo me encontraba empapado y aterido. A veces tiritaba. Pero estaba disfrutando de todo, de mi primer viaje por mar.