A veces nos despertamos de mal humor, como si tuviéramos una nube gris encima de la cabeza. El oso Edu intenta despistar a la nube de todas las formas que se le ocurren, pero la nube no se va. Desesperado, se echa a llorar y entonces la nube desaparece. Se trata, en suma, de una metáfora, muy bien contada e ilustrada, sobre los enfados y las tristezas, dirigida a los lectores más pequeños. Es destacable el juego de perspectivas de las ilustraciones.A veces nos despertamos de mal humor, como si tuviéramos una nube gris encima de la cabeza. El oso Edu intenta despistar a la nube de todas las formas que se le ocurren, pero la nube no se va. Desesperado, se echa a llorar y entonces la nube desaparece. Se trata, en suma, de una metáfora, muy bien contada e ilustrada, sobre los enfados y las tristezas, dirigida a los lectores más pequeños. Es destacable el juego de perspectivas de las ilustraciones.
Una nube
Cuando Edu despierta, se estira y se despereza... Pero ese día que empieza no puede ver el sol. Resulta que hay una nube que le sigue y le persigue encima de su cabeza.
Una nubecita, sí. Una pequeña tristeza, una pena, un malhumor.