Con este relato fantástico, la autora se adentra en el mundo del cuento maravilloso. Lucandro sólo vive para vigilar y contar sus pertenencias. Aficionado a las cosas de forma exagerada y maniática, es incapaz de disfrutar de ninguna. Serena, su esposa, es víctima de su afán posesivo; sola, privada del afecto de su hija, decide un buen día escapar con el profesor de música y vivir su vida. El ambiente cerrado y opresivo contrasta con el ansia de libertad de Serena. Ilustraciones que recuerdan los arcanos del tarot marcan el destino de los personajes y apoyan el carácter simbólico de la obra.
Con este relato fantástico, la autora se adentra en el mundo del cuento maravilloso. Lucandro sólo vive para vigilar y contar sus pertenencias. Aficionado a las cosas de forma exagerada y maniática, es incapaz de disfrutar de ninguna. Serena, su esposa, es víctima de su afán posesivo; sola, privada del afecto de su hija, decide un buen día escapar con el profesor de música y vivir su vida. El ambiente cerrado y opresivo contrasta con el ansia de libertad de Serena. Ilustraciones que recuerdan los arcanos del tarot marcan el destino de los... Seguir leyendo
El castillo de las tres murallas
Había una vez, hace mucho tiempo, un hombre inmensamente rico, pero tan desconfiado que nunca había sido capaz de disfrutar de su riqueza sin sobresaltos. Se había hecho construir en lo alto de una enorme montaña un castillo de mármol negro rodeado por tres murallas, a las que bautizó con los nombres de la de los Fosos, la Roja y la Erizada, y estaban dispuestas por ese orden, contando de arriba abajo. O sea que la Muralla Erizada, que era también la más alta, abarcaba a las otras dos y es la que se veía más cerca al pasar al pie de la montaña.