Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de Literatura en 1967, nos regala este exuberante canto al anhelo del ser humano por disfrutar de cuanto le rodea. Como él mismo dice, a través de su extraordinario Hombre que lo Tenía Todo Todo Todo, cada persona lo tiene todo si es capaz de gozarlo con sus sentidos. Asturias construye con gran maestría una historia llena de fantasía, en la que nos viene a decir que la riqueza, lejos de ser en todo momento un don, puede convertirse en motivo de desgracia porque siempre existe algo que no se puede lograr.
Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de Literatura en 1967, nos regala este exuberante canto al anhelo del ser humano por disfrutar de cuanto le rodea. Como él mismo dice, a través de su extraordinario Hombre que lo Tenía Todo Todo Todo, cada persona lo tiene todo si es capaz de gozarlo con sus sentidos. Asturias construye con gran maestría una historia llena de fantasía, en la que nos viene a decir que la riqueza, lejos de ser en todo momento un don, puede convertirse en motivo de desgracia porque siempre existe algo que no se puede lograr.
El Hombre que lo Tenía Todo Todo Todo
El Hombre que lo Tenía Todo Todo Todo abrió los ojos muy asustado. Mientras dormía no tenía nada. Despertó bajo la lluvia de las campanillas de los relojes. Mientras dormía no tenía nada. Cien relojes despertadores, más de cien relojes. Mil relojes, más de mil relojes. Todos sonando al mismo tiempo.