Sin detenerse en detalles narrativos, en una permanente búsqueda de lo esencial, Juan Farias relata la adolescencia de un joven aislado en una aldea costera: su primer amor, su amistad con un viejo marinero, las imposiciones familiares... Así, a través de leves trazos, de imágenes y evocaciones poéticas, el autor va componiendo un complejo paisaje, una historia de lluvias y amor insatisfecho.Sin detenerse en detalles narrativos, en una permanente búsqueda de lo esencial, Juan Farias relata la adolescencia de un joven aislado en una aldea costera: su primer amor, su amistad con un viejo marinero, las imposiciones familiares... Así, a través de leves trazos, de imágenes y evocaciones poéticas, el autor va componiendo un complejo paisaje, una historia de lluvias y amor insatisfecho.
Ismael, que fue marinero
Hoy, por contarle envidias, señor, le contaré que al irse el día, todos los días, él y ella, dos mozos de aquí, se encuentran de frente, a cogerse de la mano y correr al río, o a la playa, a estar solos, a mirarse, él a ella, ella a él, a hablar quedo, a quedarse despacio o, de pronto, con prisa y ansiedad.