El viaje de Liuva no es una travesía como otra cualquiera, es un puente entre una vida no deseada y la libertad por el que transitan personajes inolvidables, y sobre todo es la vía del amor, simbolizado en una bella desconocida junto a la que vivirá una épica aventura. Palabras de azúcar que se cruzan con la bruma de una colección de ilustraciones, a página completa, que reflejan a la perfección aquel largo camino, y que ayudan al narrador a expresar toda la belleza de la historia que vio y le contaron.
El viaje de Liuva no es una travesía como otra cualquiera, es un puente entre una vida no deseada y la libertad por el que transitan personajes inolvidables, y sobre todo es la vía del amor, simbolizado en una bella desconocida junto a la que vivirá una épica aventura. Palabras de azúcar que se cruzan con la bruma de una colección de ilustraciones, a página completa, que reflejan a la perfección aquel largo camino, y que ayudan al narrador a expresar toda la belleza de la historia que vio y le contaron.
La espada de Liuva
Liuva, señor, el héroe de esta historia, vivió en tiempos de Maricastaña, cuando aún se hablaba de dragones y encantamientos, cuando la mar no tenía más orilla que esta y el sol, según el buen entender de los sabios, iba de un lado a otro por la gracia de un Dios creador, el artífice de los siete días, el que separó la luz de la oscuridad.