Sarah es una joven romántica que cree en el amor eterno. Durante unas vacaciones con sus padres conoce a Joe, un universitario de Londres del que se enamora perdidamente. Está en su último curso de instituto y todo lo tenía muy claro hasta que le conoció a él. Ningún amigo suyo apuesta por esta relación, pero ella está decidida a hacer lo que sea para que funcione. Este empeño le supondrá ciertos enfrentamientos con su grupo de amigas y la incomprensión por parte de sus padres.
Sarah es una joven romántica que cree en el amor eterno. Durante unas vacaciones con sus padres conoce a Joe, un universitario de Londres del que se enamora perdidamente. Está en su último curso de instituto y todo lo tenía muy claro hasta que le conoció a él. Ningún amigo suyo apuesta por esta relación, pero ella está decidida a hacer lo que sea para que funcione. Este empeño le supondrá ciertos enfrentamientos con su grupo de amigas y la incomprensión por parte de sus padres.
Nada es para siempre
Ashley se estiró como un gato y bostezó con tal ahínco que pude ver el pedacito de carne flácida al fondo de su garganta. –Sí, no. No sé –dijo tras el bostezo-. ¿Cuatro, quizá? A ver, un momento… -contempló el techo de la sala común, como si los pegotes de papel adheridos con escupitajos le fueran a proporcionar alguna clase de discernimiento en cuanto a sus estadísticas sobre la práctica de sexo durante las vacaciones.