Frente a la ventana de Frits hay un viejo barco amarrado en el canal que guarda un secreto. Por la noche, a través de sus ventanas, se ve a un extraño monstruo entre brillantes luces de colores; pero cuando el niño conoce al anciano que vive en él, descubrirá que hay que mirar más allá de las apariencias. Una llamativa ilustración acompaña el relato de la amistad entre mendigo y niño, cuya mirada libre de prejuicios acerca una historia dura y tierna a la vez. El autor, a través de la fantasía, cierra el relato con un final sorprendente, no exento de reflexión.
Frente a la ventana de Frits hay un viejo barco amarrado en el canal que guarda un secreto. Por la noche, a través de sus ventanas, se ve a un extraño monstruo entre brillantes luces de colores; pero cuando el niño conoce al anciano que vive en él, descubrirá que hay que mirar más allá de las apariencias. Una llamativa ilustración acompaña el relato de la amistad entre mendigo y niño, cuya mirada libre de prejuicios acerca una historia dura y tierna a la vez. El autor, a través de la fantasía, cierra el... Seguir leyendo
Luces en el canal
El hombre que vivía en la barca vieja del canal se llamaba Jaap Dussel y tenía un secreto. Su nombre no era el secreto, claro, pero solo lo sabían dos personas: su mujer y Frederick. No es que Jaap Dussel no quisiera que los demás supieran cómo se llamaba, pero lo cierto es que nadie le pregunta el nombre a un señor viejo que vive de lo que puede pescar y de las monedas que le dejan en el sombrero los que pasan a su lado.