A Max nadie lo entiende y todos, hasta los profesores y sus propios padres, quieren que sea de otra manera. Solo Budo le entiende. Siempre le ayuda cuando necesita algo y le aconseja en situaciones difíciles. El problema es que Budo es un amigo imaginario. Así que solo existe en la cabeza de Max, y cuando éste se enfrenta a un problema serio de verdad, sólo podrán contar el uno con el otro. Mathew Dicks es el autor de esta novela protagonizada por personajes ingeniosos, increíbles e invisibles.
A Max nadie lo entiende y todos, hasta los profesores y sus propios padres, quieren que sea de otra manera. Solo Budo le entiende. Siempre le ayuda cuando necesita algo y le aconseja en situaciones difíciles. El problema es que Budo es un amigo imaginario. Así que solo existe en la cabeza de Max, y cuando éste se enfrenta a un problema serio de verdad, sólo podrán contar el uno con el otro. Mathew Dicks es el autor de esta novela protagonizada por personajes ingeniosos, increíbles e invisibles.
Memorias de un amigo imaginario
Os voy a contar lo que sé: Me llamo Budo. Hace cinco años que estoy en el mundo. Cinco años es mucho tiempo para alguien como yo. Fue Max quien me puso ese nombre. Max es el único ser humano que puede verme. Los padres de Max dicen que soy un “amigo imaginario”. Me gusta mucho la maestra de Max, la señorita Gosk. No me gusta la otra maestra de Max, la señorita Patterson. No soy imaginario.