La aventurera bruja Brunilda y su inseparable mascota, el gato Bruno, inician un fantástico viaje al espacio. Tras un largo recorrido entre estrellas y platillos volantes, aterrizan sobre un apacible y silencioso planeta. La perspectiva de una placentera estancia en el bello lugar se ve truncada de repente por la aparición de unos conejos espaciales. Álbum ilustrado con profusión de colores e infinidad de detalles, que contribuyen al disfrute lector de esta disparatada odisea.
La aventurera bruja Brunilda y su inseparable mascota, el gato Bruno, inician un fantástico viaje al espacio. Tras un largo recorrido entre estrellas y platillos volantes, aterrizan sobre un apacible y silencioso planeta. La perspectiva de una placentera estancia en el bello lugar se ve truncada de repente por la aparición de unos conejos espaciales. Álbum ilustrado con profusión de colores e infinidad de detalles, que contribuyen al disfrute lector de esta disparatada odisea.
Brunilda astronauta
A la bruja Brunilda le encantaba observar el cielo nocturno con su telescopio. Un cielo enorme, muy oscuro y misterioso. – Me gustaría ir al espacio, Bruno -dijo Brunilda-. Sería una maravillosa aventura. A Bruno, el gran gato negro de Brunilda, también le gustaba salir por la noche. Pero él prefería perseguir a las polillas y a los murciélagos y a las sombras.