James no tiene ninguna ilusión por conducir un coche, como anhelan sus compañeros de clase. Simboliza todo lo que odia, tal vez porque es consciente de que el mundo está enfermo y tiene fecha de caducidad. Aunque no es fácil luchar por unos ideales cuando estás confuso y malherido de un fracaso amoroso.
Sus preocupaciones son narradas, de forma ágil y desenfadada, en forma de diarios y composiciones escolares que profundizan en la crisis personal de un adolescente que busca su lugar en el mundo
James no tiene ninguna ilusión por conducir un coche, como anhelan sus compañeros de clase. Simboliza todo lo que odia, tal vez porque es consciente de que el mundo está enfermo y tiene fecha de caducidad. Aunque no es fácil luchar por unos ideales cuando estás confuso y malherido de un fracaso amoroso.
Sus preocupaciones son narradas, de forma ágil y desenfadada, en forma de diarios y composiciones escolares que profundizan en la crisis personal de un adolescente que busca su lugar en el mundo
Muerte a los coches
Estamos en el límite. Estamos al borde del precipicio. Hemos alcanzado un punto crítico de la historia. El efecto invernadero calienta los mares, machaca la atmósfera y transforma el planeta entero. La contaminación y los productos tóxicos amenazan no solo nuestras vidas, sino la vida en la Tierra. ¡Si no nos movemos, todo estará perdido! No podemos seguir poniendo parches que solo sirven para calmar conciencias.