No hay posibilidad para quienes no son dueños de un lugar para sembrar y vender lo que producen. Hay que dejar todo, tomar un autobús hasta las vías del tren y luego abordarlo aunque “parezca una bestia”. Hay que buscar los lugares donde den trabajo y se gane dinero para vivir. Hay que olvidar la casa, al perro… Una novedosa propuesta editorial y gráfica que rescata el tema de los migrantes. Ilustrado en papel amate, tradición del pueblo de Xalital, Estado de Guerrero (México). Al ilustrador le resultó un libro muy cercano porque él mismo emigró a los Estados Unidos.
No hay posibilidad para quienes no son dueños de un lugar para sembrar y vender lo que producen. Hay que dejar todo, tomar un autobús hasta las vías del tren y luego abordarlo aunque “parezca una bestia”. Hay que buscar los lugares donde den trabajo y se gane dinero para vivir. Hay que olvidar la casa, al perro… Una novedosa propuesta editorial y gráfica que rescata el tema de los migrantes. Ilustrado en papel amate, tradición del pueblo de Xalital, Estado de Guerrero (México). Al ilustrador le resultó un libro muy... Seguir leyendo
Migrar
Yo jugaba a correr entre gallos y cochinos. Los animales andaban sueltos, porque en el pueblo no había corrales, ni bardas entre las casas. De un lado del pueblo está la sierra y, del otro lado, el mar.
Mi papá sembraba sandías y arbolitos de papaya. El terreno estaba grande, pero no era de mi papá. Eso no importaba porque cuidábamos todo como si fuera nuestro: la siembra, el agua. A mí me gustaba saltar de un surco a otro, para jugar y no para pisar las plantas.