Un inmenso y antiguo tren. Ventanas a los dos lados. Pocos pasajeros. Dos niños cambian alternativamente de asientos para mirar de un lado y del otro del tren. ¿Qué ven? De un lado: la guerra, la injusticia, la violencia, el dolor. Del otro: la paz, el trabajo, el amor.
El tren se detiene, pero el viaje no termina allí. En la estación, de un lado y del otro, hay dos trenes esperando. Los niños, como en la vida, deberán elegir por qué camino seguir.
En este relato, Valentino logra, a través de una voz infantil, dar pinceladas sobre algunos acontecimientos de la historia. La mirada no es aséptica, hay en las palabras un compromiso con lo social, una preocupación por lo injusto, un abordaje sobre temas difíciles, características de su obra.
Las ilustraciones de Marina Aizen corren paralelas al relato y luego, en una propuesta editorial inusual, continúan solas, y ocupan páginas completas.
El libro resiste múltiples lecturas: se puede leer el texto solo, o solo las imágenes, o ambos en diálogo. Todo depende de la posición del lector y el lugar que elija para mirar.
Un inmenso y antiguo tren. Ventanas a los dos lados. Pocos pasajeros. Dos niños cambian alternativamente de asientos para mirar de un lado y del otro del tren. ¿Qué ven? De un lado: la guerra, la injusticia, la violencia, el dolor. Del otro: la paz, el trabajo, el amor.
El tren se detiene, pero el viaje no termina allí. En la estación, de un lado y del otro, hay dos trenes esperando. Los niños, como en la vida, deberán elegir por qué camino seguir.
En este relato, Valentino logra, a través de una voz... Seguir leyendo
Las dos ventanas
Sabíamos que el tren era grande pero tampoco habíamos imaginado semejante trenesote. La locomotora era como las de antes: con unas ruedas grandes unidas por un fierro largo y de esas que tiran vapor por todos lados, pero sobre todo por abajo y por la chimenea.
Ah sí, porque tenía chimenea. Los trenes de ahora no tienen chimenea pero se ve que éste no era de ahora porque sí tenía.
Y también tenía un carrito para el carbón. Bien como los viejos era, como los que aparecen en las películas o en los dibujos de los libros para chicos.