He aquí una ingeniosa mezcla entre comedia de enredo, intriga y espionaje que involucra, durante cuatro días de un verano, a una maestra recién despedida que opta por sacarse el título de detective privado, a su hijo Félix Manley, un quinceañero que lleva la acción en la sangre, aunque él desconoce la razón (hasta que dé con su padre), y a Cuca, la mejor amiga de este. El primer caso les lleva a investigar la desaparición del perro de un anciano, un científico que ha perdido la memoria y no recuerda que formaba parte de un plan relacionado con un satélite que ha perdido el control, y puede derivar en conflicto internacional. Divertida y para leer de un tirón.
He aquí una ingeniosa mezcla entre comedia de enredo, intriga y espionaje que involucra, durante cuatro días de un verano, a una maestra recién despedida que opta por sacarse el título de detective privado, a su hijo Félix Manley, un quinceañero que lleva la acción en la sangre, aunque él desconoce la razón (hasta que dé con su padre), y a Cuca, la mejor amiga de este. El primer caso les lleva a investigar la desaparición del perro de un anciano, un científico que ha perdido... Seguir leyendo
13 perros
El teniente Felipe Manley había querido ser espía desde que tuvo uso de razón. SU padre ya fue espía, y también su abuelo, así que la vocación le venía de familia. Y al terminar el colegio, decidió estudiar para espía. Durante muchos años, actuó para el Servicio de Operaciones Especiales (SEROPES). Tras un oscuro período en Sudamérica, ahora, ya retirado de la acción directa, había regresado a España para colaborar como analista en la sede central del Gabinete de Análisis (GABANA), uno de los departamentos más exclusivos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), los servicios secretos españoles.
Manley era un tipo listo.