El narrador ha perdido su boca y no puede hablar. Intenta comunicarse con su vecina Alba Blabla, pero al final ella le pregunta cosas a las que no puede contestar y la chica se marcha. Él, desesperado, escribe una carta a su boca pidiéndole que regrese y la envía a todas partes pero no recibe respuesta. Un día su boca le llama por teléfono y le dice que vive en la boca de Alba. Va a su casa, ella habla y él ve su boca entre los labios de ella. Se abrazan y recupera su boca.
Álbum ilustrado para lectores a partir de 8 años. La ilustración es expresiva, metafórica.
El narrador ha perdido su boca y no puede hablar. Intenta comunicarse con su vecina Alba Blabla, pero al final ella le pregunta cosas a las que no puede contestar y la chica se marcha. Él, desesperado, escribe una carta a su boca pidiéndole que regrese y la envía a todas partes pero no recibe respuesta. Un día su boca le llama por teléfono y le dice que vive en la boca de Alba. Va a su casa, ella habla y él ve su boca entre los labios de ella. Se abrazan y recupera su boca.
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Alba Blabla y yo
Un día mi boca se cansó de ser mi boca. No le gustó más vivir en mi cara. Quiso conocer otros lugares, encontrar tal vez otra voz, otra lengua, un lugar donde las palabras vivieran sin atropellarse. Entonces mi boca se llevó mis sonrisas y mis muecas, desapareció sin decir nada. Y yo me quedo aquí, enfadado. Si todavía tuviera una boca, le diría que me alegra que se vaya. Si tuviera una boca le diría…