Los cuentos tradicionales acostumbran a proyectar en el imaginario de los que escuchan o leen los anhelos propios del tiempo que los vio nacer. Quizá por eso a nosotros, lectores del siglo XXI, nos resulta difícil empatizar con el mundo de desigualdad social y sexual que pone de relieve un cuento como el de la Bella Durmiente. La clave para seguir disfrutando de estas historias quizá radique en dejarse llevar por su atmósfera, envuelta en la magia de los encantamientos, la belleza inmarchitable, la diferencia radical entre el bien y el mal y la exaltación del amor romántico paternalista. Todo ello nos transporta a un mundo mítico que remite a la infancia de la Humanidad.
Los cuentos tradicionales acostumbran a proyectar en el imaginario de los que escuchan o leen los anhelos propios del tiempo que los vio nacer. Quizá por eso a nosotros, lectores del siglo XXI, nos resulta difícil empatizar con el mundo de desigualdad social y sexual que pone de relieve un cuento como el de la Bella Durmiente. La clave para seguir disfrutando de estas historias quizá radique en dejarse llevar por su atmósfera, envuelta en la magia de los encantamientos, la belleza inmarchitable, la diferencia radical entre el bien y el mal y la... Seguir leyendo
La Bella Durmiente
Había una vez un rey y una reina que vivían en un gran palacio que tenía cuatro torrres y un jardín enorme, con más de cien árboles y más de cien fuentes. Y los reyes tenían carrozas de plata y hermososo caballos, y siempre vestían con trajes de fiesta.
Sin embargo, no eran felices porque todavía no tenían hijos. Pero un día nació una princesita, y entonces la alegría estalló en palacio.
Los pajes y las damas iban y venían con ojos brillantes, los soldados montaban guardia cantando por dentro, y en el gran jardín brotaban flores a cada segundo.
El rey y la reina no se separaban de su princesita. Con solo mirarla se sentían dichosos.
Para compartir su felicidad dieron una fiesta. Invitaron a todos sus súbditos, ¡a todos!, incluidas las siete jóvenes y hermosas hadas que había en el reino