En periodo inmediatamente anterior a lo que en Inglaterra se conoce como época victoriana, en pleno debate sobre el rol que la sociedad asignaba a la mujer, surge la figura de Jane Austen, joven burguesa de educación notable que, a través de la decena de textos que escribió durante su corta existencia, realizó una tímida -pero novedosa- propuesta en relación con el derecho de toda mujer a una formación científica y humanista y, especialmente, a un matrimonio basado en el amor y no en el interés económico o de la familia. 'Orgullo y Prejuicio', pese a estar sustentada en una base reaccionaria que hoy consideraríamos inaceptable, apunta en esa dirección: la plenitud de la mujer llegará gracias al refinamiento cultural y al imperio del sentimiento emotivo, elementos que -en sus novelas- siempre acaban triunfando en mayor o menor medida. Clásico que merece la pena leer como retrato de época.
En periodo inmediatamente anterior a lo que en Inglaterra se conoce como época victoriana, en pleno debate sobre el rol que la sociedad asignaba a la mujer, surge la figura de Jane Austen, joven burguesa de educación notable que, a través de la decena de textos que escribió durante su corta existencia, realizó una tímida -pero novedosa- propuesta en relación con el derecho de toda mujer a una formación científica y humanista y, especialmente, a un matrimonio basado en el amor y no en el interés económico o de... Seguir leyendo
Orgullo y Prejuicio
Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, posedor de una gran fortuna, necesita una esposa.
Sin embargo, poco se sabe de los sentimientos u opiniones de un hombre de tales condiciones cuando entra a formar parte de un vecindario. Esta verdad está tan arraigada en las mentes de algunas de las familias que lo rodean que algunas le consideran de su legítima propiedad, y otras, de la de sus hijas.
-Mi querido señor Bennet -le dijo un día su esposa, ¿sabías que, por fin, se ha alquilado Netherfield Park?
El señor Bennet respondió que no.
-Pues así es -insistió ella-; la señora Long ha estado aquí hace un momento y me lo ha contado todo.
El señor Bennet no hizo ademán de contestar.
-¿No quieres saber quién lo ha alquilado? -se impacientó su esposa.
-Eres tú la que quieres contármelo, y yo no tengo inconveniente en oírlo.