La timidez hace pasar malos momentos, inhibe, incomunica, no deja mostrarnos cómo somos, pero Eric Battut, el autor e ilustrador de este cuento, con este entrañable relato nos muestra que sí se logra superar esta a lo largo de las experiencias vividas y por la necesidad que tenemos de comunicarnos con las personas que van apareciendo en nuestras vidas. El señor Pulga y el señor Tim casualmente, entablan una afectuosa amistad, llena de hazañas, que les ayuda a superar todo tipo de vergüenza y soledad para empezar una nueva vida, donde la amistad entre ambos se hace indispensable.
La timidez hace pasar malos momentos, inhibe, incomunica, no deja mostrarnos cómo somos, pero Eric Battut, el autor e ilustrador de este cuento, con este entrañable relato nos muestra que sí se logra superar esta a lo largo de las experiencias vividas y por la necesidad que tenemos de comunicarnos con las personas que van apareciendo en nuestras vidas. El señor Pulga y el señor Tim casualmente, entablan una afectuosa amistad, llena de hazañas, que les ayuda a superar todo tipo de vergüenza y soledad para empezar una nueva vida, donde la... Seguir leyendo
Mi gran amigo
El señor Tim no tenía amigos, porque el señor Tim era muy tímido. Cuando alguien le saludaba, él tartamudeaba, ceceaba, se enrojecía. Y girando sus talones se marchaba sin entablar conversación.
Una mañana, después de caminar durante mucho rato a lo largo del camino, el señor Tim se paró para descansar. Y se durmió.
Venido de no se sabe dónde, el señor Pulga vio al señor Tim y se le abrió el apetito.
El señor Pulga tomó impulso, y dando unos cuantos brincos, se posó sobre el señor Tim, exactamente sobre su nariz.
El señor Tim despertó sobresaltado: “¡Una pulga! – exclamó. ¡Que horror!”