D de despedida
Mi bisabuela me dio unos akwu (semillas de palmera). Ahora que ya no está, los sembraré. Recuerdo muy bien a mi bisabuela, sobre todo su cara: unos ojos, una nariz y una boca preciosos. Cuando iba a verla, siempre me decía ‘Hola, Ikenna. Eres hermoso y vivaracho como un sol.’ ¿Sabéis cómo la llamaba yo? La llamaba Mama Nkwelle, porque era muy buena persona, y todos en Nkwelle pensaban lo mismo.