La publicación en 1970 de La cocina de noche supuso una conmoción mayor que la de Donde viven los monstruos pocos años antes, pues en esta nueva vuelta de tuerca al deseo, el niño protagonista, Miguel, ni siquiera precisa huir a lejanos parajes, sino que convierte su curiosidad por lo que sucede en la cocina durante la noche en un viaje sensorial donde puede recrearse en todo aquello que le está vedado: trastear desnudo fuera de su cuarto, mezclarse gozosamente con la esponjosa masa de un pastel, ascender a la luna para cumplir una misión gastronómica, nadar impúdicamente dentro de una botella de leche... para terminar plácidamente dormido en su cama. Las voluptuosas ilustraciones de Sendak están al servicio de una ensoñación onírica de raíz cuasi freudiana. Difícil no simpatizar con la expresión de libertad y la delectación placentera que emanan de este maravilloso álbum...
La publicación en 1970 de La cocina de noche supuso una conmoción mayor que la de Donde viven los monstruos pocos años antes, pues en esta nueva vuelta de tuerca al deseo, el niño protagonista, Miguel, ni siquiera precisa huir a lejanos parajes, sino que convierte su curiosidad por lo que sucede en la cocina durante la noche en un viaje sensorial donde puede recrearse en todo aquello que le está vedado: trastear desnudo fuera de su cuarto, mezclarse gozosamente con la esponjosa masa de un pastel, ascender... Seguir leyendo
La cocina de noche
¿Os ha contado alguien la historia de Miguel, que oye de noche un ruido detrás de la pared y da un grito -¡silencio! ¡callarse de una vez!- y se hunde entre las sombras, y su ropa se pierde, y la luna le mira -ooh- mientras sus padres duermen -¡mamá! ¡papá!- y aterriza en la masa que había en la cocina?
Allí tres pasteleros lo mezclan con la harina, la levadura y el huevo, lo amasan y lo estiran.
-¡Más leche, sí, más leche, más leche en el pastel! Batimos y amasamos... ¡y al horno con él!
Parece delicioso el pastel de Miguel...