La protagonista de esta historia, Patricia, vivía en uno de los sitios más silenciosos del mundo. Todo era apacible, la gente hablaba en voz baja, todo se hacía con cuidado para no producir ruidos, solamente en las fiestas había revuelo. El lío se forma cuando Patricia enciende una mañana la radio y no la escucha. Extrañada, sube el volumen a una gran potencia que no percibe. Su vecino se asombra al oír semejante ruido y golpea su puerta, pero ella no lo oye. Un conserje escucha la radio y los golpes de la puerta, y, creyendo que se han adelantado las fiestas, comienza a tirar tracas. Es a partir de ahí cuando el jaleo que se va montando es cada vez mayor. Historia disparatada donde las ilustraciones de Guridi, muy expresivas, logran una simbiosis con el texto.
La protagonista de esta historia, Patricia, vivía en uno de los sitios más silenciosos del mundo. Todo era apacible, la gente hablaba en voz baja, todo se hacía con cuidado para no producir ruidos, solamente en las fiestas había revuelo. El lío se forma cuando Patricia enciende una mañana la radio y no la escucha. Extrañada, sube el volumen a una gran potencia que no percibe. Su vecino se asombra al oír semejante ruido y golpea su puerta, pero ella no lo oye. Un conserje escucha la radio y los golpes de la puerta, y, creyendo que... Seguir leyendo
Ruido
Patricia vivía en uno de los pueblos más silenciosos del mundo.
Era uno de esos lugares donde la gente camina despacio, cierra las puertas con cuidado, habla en voz baja, llama a los niños por gestos y hasta las moscas zumban flojito.
Durante las fiestas sí había bullicio, pero el resto del año parecía que hubiera alguien durmiendo a quien no quisieran despertar.