Esta novela, como las anteriores de Flanagan, es ante todo una novela de personaje: él se sabe la estrella y se comporta como un actor televisivo para lectores deseosos de aventuras a caballo entre lo policíaco y la novela negra. La trama hace piruetas casi tan complicadas como las del protagonista en su primer descenso por las pistas de esquí. Entre el humor, el amor esquivo de Nines y la amenaza de un asesino en serie que actúa impunemente en el Pirineo catalán, la intriga se desliza con asombrosa habilidad hasta la resolución de dos casos paralelos: el del vampiro y otro relacionado con los desconocidos interlocutores de los chats en internet.
Esta novela, como las anteriores de Flanagan, es ante todo una novela de personaje: él se sabe la estrella y se comporta como un actor televisivo para lectores deseosos de aventuras a caballo entre lo policíaco y la novela negra. La trama hace piruetas casi tan complicadas como las del protagonista en su primer descenso por las pistas de esquí. Entre el humor, el amor esquivo de Nines y la amenaza de un asesino en serie que actúa impunemente en el Pirineo catalán, la intriga se desliza con asombrosa habilidad hasta la resolución de dos casos... Seguir leyendo
Los vampiros no creen en Flanagans
Todo empezó cuando se me ocurrió largar aquella conferencia sobre serial killers, asesinos en serie. Estábamos en el chalé que los padres de Nines tenían en Sant Pau del Port, ante la chimenea encendida, hipnotizados por las llamas, todas las luces de la casa apagadas.
Fuera, una niebla densa serpenteaba y se desperezaba por las calles vacías, que continuarían estándolo hasta el regreso del buen tiempo...