Con esta breve novelita, Tove Jansson comenzó -en los inicios de la II Guerra Mundial- la serie de narraciones protagonizadas por la Familia Mumin, unos trolls encantadores, inspirados en la tradición folclórica escandinava, con el conveniente aderezo de ternura y emoción que los hiciera adecuados para el público infantil. En esta primera historia, Mamá Mumin y el pequeño Mumintroll se verán impelidos a atravesar el bosque en busca de Papá Mumin, quien había partido de casa en busca de una nueva tierra donde asentar su hogar y se había visto sorpendido por un temporal de lluvia. El vínculo familiar es en realidad el verdadero protagonista del relato, pues todas las aventuras que vivirán madre e hijo están motivadas por la búsqueda del padre, a quien no abandonan a pese a los peligros que implica su búsqueda. El amor de los nuestros como forma de reconocimiento en un entorno que, en ocasiones, resulta hostil. Las amables ilustraciones refuerzan la calidez del vínculo y hacen de los Mumin unos personajillos deliciosos.
Con esta breve novelita, Tove Jansson comenzó -en los inicios de la II Guerra Mundial- la serie de narraciones protagonizadas por la Familia Mumin, unos trolls encantadores, inspirados en la tradición folclórica escandinava, con el conveniente aderezo de ternura y emoción que los hiciera adecuados para el público infantil. En esta primera historia, Mamá Mumin y el pequeño Mumintroll se verán impelidos a atravesar el bosque en busca de Papá Mumin, quien había partido de casa en... Seguir leyendo
La gran inundación
Y debía de ser mediodía, de un día de finales de agosto, cuando el Mumintroll y su madre alcanzaron la parte más profunda del gran bosque. Con el silencio y la penumbra entre los árboles uno podía pensar que ya estaba anocheciendo. Por todas partes crecían flores gigantes que brillaban con luz propia como si fueran lámparas, y al fondo de las sombras había unos puntitos verde claro que se movían.
-Luciérnagas -dijo Mamá Mumin, pero no tenían tiempo de pararse a mirarlas más de de cerca. Habían salido a buscar un sitio agradable y cálido donde construirse una casa en la que vivir antes de que llegara el invierno. Los mumintroll no soportan nada bien el frío, así que la casa tenía que estar lista como muy tarde en octubre.