Blas y su perro Roco son callejeros. Blas junta cartones, en un destartalado carrito de tres ruedas. Roco, con los pelos duros como los de su dueño, con las mismas ganas de jugar e idéntico hambre, lo acompaña. Blas es un niño cartonero, un chico que duerme en la calle. La autora cuenta un día, un solo día de juego, de hambre y de sueños de Blas, y en esa crónica relata con poesía una historia dura, conmovedora. El día de Blas está lleno de conflictos, pero la autora nos los sugiere y nada más: hay un adulto malhumorado, don Eloy, a quien hay que rendirle lo reunido en el día, es una sombra amenazante. Y está el hambre, que también ronda amenazante. Mercedes Pérez Sabbi sabe contar, con ternura, y al alcance de chicos muy pequeños, una dura historia de la vida cotidiana.
Las bellas ilustraciones de Luciana Fernández, un homenaje al pintor Antonio Berni, también aportan su cuota de poesía al relato.
Blas y su perro Roco son callejeros. Blas junta cartones, en un destartalado carrito de tres ruedas. Roco, con los pelos duros como los de su dueño, con las mismas ganas de jugar e idéntico hambre, lo acompaña. Blas es un niño cartonero, un chico que duerme en la calle. La autora cuenta un día, un solo día de juego, de hambre y de sueños de Blas, y en esa crónica relata con poesía una historia dura, conmovedora. El día de Blas está lleno de conflictos, pero la autora nos los sugiere y nada más:... Seguir leyendo
Sopa de estrellas
Blas empuja un carrito de tres ruedas para juntar cartones. Con él va Roco, su perro. Blas y Roco son callejeros, tienen el pelo duro y ojos marrones.
Cuando en el carrito se hace una montaña de cartón, Blas la lleva corriendo a lo de don Eloy, un vecino petiso y rezongón que a cambio le da lugar para dormir, comida y algunas monedas.
Una tarde, empujando su carrito de tres ruedas, Blas vio a lo lejos una caja grande, amarilla y redonda.
“¡Uia! ¡Qué rara!”, pensó.