El autor conoce, y usa con precisión, los resortes para conquistar al gran público. Un estilo casi cinematográfico, descripciones sugerentes, enemigos extraños e imaginativos, ritmo trepidante... Todo encaja para envolver al lector en una trama que aúna realismo y fantasía. Los protagonistas son tres hermanos que comparten techo y afrontan una complicada realidad familiar. La rutina es el hilo argumental de sus vidas hasta la aparición de William Skelton, la llave para acceder a los entresijos de una sociedad secreta en la que Ashtown es el único lugar seguro. Allí lucharán junto a un particular kit de supervivencia: un puñado de llaves mágicas, una serpiente invisible y lo que parece ser un diente de dragón.
El Diente del Dragón es la puerta de entrada a una imaginativa saga que bebe de otros lenguajes, homenajea a los clásicos y promete renovar el género fantástico. Tiene continuación en el libro 2, La Cripta Sumergida.
El autor conoce, y usa con precisión, los resortes para conquistar al gran público. Un estilo casi cinematográfico, descripciones sugerentes, enemigos extraños e imaginativos, ritmo trepidante... Todo encaja para envolver al lector en una trama que aúna realismo y fantasía. Los protagonistas son tres hermanos que comparten techo y afrontan una complicada realidad familiar. La rutina es el hilo argumental de sus vidas hasta la aparición de William Skelton, la llave para acceder a los entresijos de una sociedad secreta en la que Ashtown es... Seguir leyendo
Ashtown Burials
Al norte de México, al sur de Canadá y no demasiado lejos por el oeste del mar de agua dulce llamado Lago Michigan, en un lugar donde las colinas están moteadas por las vacas y los hombres se toman en serio el queso, hay una dama sobre un poste.
La dama es un arquero, pálido y estático a seis metros de altura por encima del solar de un aparcamiento lleno de baches. Su arco congelado está cargado con una flecha presta a volar, y sus piernas, largas y musculosas, refulgen con el sol de media tarde.