En las primeras páginas el autor nos presenta gráficamente a los dos protagonistas. Se trata de un troll, que no tiene un aspecto muy temible y de un niño, Oliver, que lleva una cestita y tiene cara simpática. Y nos dice que cada día a la hora de la comida el troll intenta zamparse al niño. A partir de ahí, veremos cómo se las ingenia Oliver para que este no se lo coma. Siempre vence y termina cantando una canción donde él sale bien parado. Harto de sufrir tantas tonterías, el troll decide cambiar de estrategia y sorprender al niño...y ¡vaya sí lo sorprende! que se lo come. Pero, ¡Oliver sabía muy mal! y al final... ¡No lo desvelaremos! Solamente diremos que nos maravilla como todo el cuento. Para los lectores que vayan teniendo apetito con esta lectura se ha incorporado una suculenta receta. Una historia redonda donde la escritura hace guiños al lector con diferentes tamaños de letras y grafías, además de unas ilustraciones muy expresivas, cargadas de humor e ingenio.
En las primeras páginas el autor nos presenta gráficamente a los dos protagonistas. Se trata de un troll, que no tiene un aspecto muy temible y de un niño, Oliver, que lleva una cestita y tiene cara simpática. Y nos dice que cada día a la hora de la comida el troll intenta zamparse al niño. A partir de ahí, veremos cómo se las ingenia Oliver para que este no se lo coma. Siempre vence y termina cantando una canción donde él sale bien parado. Harto de sufrir tantas tonterías, el troll decide cambiar de estrategia... Seguir leyendo
Oliver y el troll
Éste es troll.
Y éste es Oliver.
Cada día, hacia la hora de comer...
el troll intentaba zamparse a Oliver.
Pero pillar a Oliver es una tarea complicada.