He aquí un libro que aúna, a partes iguales, una minuciosa investigación con relatos de leyendas, y al que acompañan bellas ilustraciones de Carlos Velázquez. El autor se adentra, como buen y apasionado criptozoólogo, en bosques, mares, montañas y ciénagas para descubrir animales misteriosos, de esos que anidan en la fantasía... y en la realidad, cuando ambas parecen ser lo mismo. Cíclopes, bestias del zoológico del gran Moctezuma, alimañas del Amazonas y monstruos de Indochina son, pues, diseccionados con luminoso escalpelo en esta singular y valiosa lectura. Prólogo de Jane Goodall. Para mentes curiosas y aventureras.
He aquí un libro que aúna, a partes iguales, una minuciosa investigación con relatos de leyendas, y al que acompañan bellas ilustraciones de Carlos Velázquez. El autor se adentra, como buen y apasionado criptozoólogo, en bosques, mares, montañas y ciénagas para descubrir animales misteriosos, de esos que anidan en la fantasía... y en la realidad, cuando ambas parecen ser lo mismo. Cíclopes, bestias del zoológico del gran Moctezuma, alimañas del Amazonas y monstruos de Indochina son, pues, diseccionados... Seguir leyendo
El libro de los animales misteriosos
1. ¡Y sin embargo viven!
"Pero nos dedicamos a seguir soñando a contracorriente, y nuestros sueños se desvanecen casi con la misma rapidez con la que los evocamos" (John Irving, El hotel New Hampshire)
Debido a sus abstrusas teorías, todo el mundo se había burlado del científico que buscaba con ahínco «un eslabón entre los dinosaurios y los mamíferos». Sus adversarios científicos lo denigraron y difundieron que ese tipo de animal había «surgido de la fantasía calenturienta de un catedrático digno de lástima». Al final, el acoso llegó tan lejos que el científico, agotado, emigró y se retiró con sus ayudantes a una isla remota para poder investigar al fin sin ser molestado. Allí, el catedrático Habakuk Tibatong encontró al animal que creía extinguido desde hacía millones de años: era Urmel.