Los antiladrones
Eran las tres de la madrugada, hacía frío y la avenida estaba tranquila. La furgoneta moderó la marcha. El conductor se giró hacia su compañero, y éste asintió con un gesto. Entonces paró y apagó el motor.
-¿Tenemos todo el material a punto? -preguntó el conductor.
-Sí, Ricky. ¿Cómo tengo que decírtelo? Parece que sea la primera vez que haces un trabajito de éstos.